viernes, septiembre 20, 2013

Bailarín suertudo -- Poema

No son mis muertes las que peno
ni el adiós que nunca he dado
no son las olas del desmedro
las que bañan mis silencios.

No soy la orilla de mi padre
ni el deseo de mi madre
no soy aquel que estuvo
ni tampoco el que estará.

No deseo la suerte ajena
(la mía es pura consecuencia)
cuando la vida a mi se muestra
con un guiño, le levanto la pollera.

Bailo en el boscoso silencio
de un concurrido auditorio.
Aún las moscas comen mierda
después de posarse sobre la miel.

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