jueves, enero 01, 2009

El que no se fue -- Poesía

Al menos la luna guío su camino
y muy a pesar
de las sombras y la oscuridad
pudo discernir entre
la piedra, el pájaro, la planta.

No había luna nueva
por eso creyó en lo oscuro,
que el precipio era montaña,
que la escalada planicie,
que el hongo era una zeta,
que la rama serpiente.

Al menos había luz
cuando hacia lo desconocido se embarcó
por ver sus pies abriendo camino
es que no se olvidó de sí mismo
cuando a ningún lado llegó,
ni siquiera olvidó el santo nombre
cuando quiso recordalo.

A pesar de haberse ido,
él sigue aquí,
constante,
vigente,
latente,
en nuestros corazones.

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