jueves, octubre 09, 2008

El sueño del Juguetero -- Poesía

Soy un juguetero
pergeniador de sonrisas
y momentos buenos
hacedor de sueños
creador de personajes
de los cuales puedes ser el dueño

Soy sincero con mi arte
pues solo busco impresionarte,
que en tu imaginación
los juguetes que hago
puedan conversar y correr,
amar, reir, descansar
y si querés, también llorar.

Deseo provocar en vos
un amor real, profundo,
para que los protejas de todo riesgo
que los tengas próximos a tus manos
a tu ilusión, a tu corazón
y a tu mágico mundo de ensueños.

Escuché por ahí una vez
que un juguete bien amado
bien cuidado y mantenido
cobra vida por las noches
y juega con sus amigos
mientras inmersos en nuestros sueños
sonreímos soñando
que con ellos jugamos.

Y lo que escuché una vez
una noche fría lo confirmé
crepitaban los leños del hogar
encendidos hace horas,
el viento ululaba afuera
y por algún cortocircuito
no había luz en la casa.

Yo estaba bastante ocupado
haciendo miles de chiches lindos
pero llegó a mi el cansancio
y de a poco comenzaron
a caerse pesados mis párpados;
al final caí rendido
sobre la tabla de la mesa
apenas allí posé mi cabeza
manaron de mi boca mil y un ronquidos
que estremecieron hasta al cielo.

Soñé con elefantes lilas
con tigres verdes
de manchas amarillas
con leones de buen porte
y vacas querendonas
que en vez de rica leche
fabricaban gaseosas.

Todos corrían por el campo
entre rojos arbustos, y azules prados
bailaban a mi alrededor
con bellas danzas y cantos entonados,
la vaca me convidaba con gaseosa
el elefante me montaba en su lomo
y por ahí, a todo galope me llevaba
tigres y leones en fieras luchas se cruzaban
y cuando uno era ganador
al vencedor, todos vitoreaban.

Era todo tan hermoso
tan increíble, tan único
que nada importaba
los juguetes que había hecho
estaban vivos y jugaban conmigo,
sentía el alma plena, de gozo llena,
por tenerlos a todos cerca.
Cuando de pronto y de la nada
una feroz pantera me saltó sobre la cara
con las garras dispuestas
y la boca bien abierta.

Cayó sobre mí y me echó por el suelo
sus grandes patas posó sobre mis hombros
dejándome inútil, inmóvil,
acercó sus colmillos, me miró a los ojos
abrió la boca y con su gran y pegajosa lengua
me llenó con húmedos ósculos el rostro...

Qué sorpresa, qué bella manera,
de demostrarme cuanto y como me agradecían
de darles vida, color y mágicos momentos.

Desperté con sus besos
desperté feliz y contento,
un mundo nuevo ante mí se abría!
al despertar y abrir los ojos
vi a todos los juguetes fabricados
sentados buenos y cercanos
con sonrisas en sus caras
y algo nuevo en la mirada
que hasta ese día nunca nunca
había notado en ellos.

Sonreí grande y lindo
acaricié con amor a cada uno
mi alma se llenó de amor
y comencé a trabajar para recrear
ese prado azul de arbustos rojos
dentro de un inmenso campo
donde cantamos, bailamos
y jugamos a la ronda.

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