no puedo soportar que nos divida
eso mismo que nos unió
durante tantos años.
No puedo creer que uno
de los tantos cerdos del norte haya llegado,
y haya sembrado entre vos y yo
tanta cizaña innecesaria.
Nunca imaginé, ni en mis más perdidos sueños,
que un foráneo pudiera llegar de donde fuera
y quitarnos nuestra naturaleza
y prostituirla tanto y de tal manera
que a dentelladas y patadas por debajo de la mesa
empecemos a escribir el final de una historia
que podría haber sido magnífica.
Si comprendiéramos,
tanto los de un lado como los del otro lado del río,
que este lugar único en el mundo no tiene lados distintos,
que no hay tuyos, ni míos,
si no que somos nosotros, y estamos mal parados,
estamos todos en un barco
al cual desde hace siglos tratan de hundir
y como ratas corremos en círculos
y a nosotros mismos nos perjudicamos.
Entiendo que el dinero es necesario,
pero recuerden que esa máxima
no fue planteada nunca por ningún pueblo latinoamericano.
Los latinos tuvimos la gracia de dios de ser pocos en el mundo,
de ser los elegidos de vivir en el paraíso del globo,
de tenerlo todo por debajo, al nivel y por arriba de la tierra negra,
negra de fertilidad y calentura, negra de latina con toda la fuerza
de tener la selva más hermosa y próspera del planeta,
de tener el agua menos contaminada
de cada uno de los distintos continentes.
Hermanos latinos, amigos del alma,
no dejemos que este paraíso caiga en esas manos parasitarias,
que secaron sus partes del mundo y las contaminaron,
a más no poder. No están engañando hace años,
y nadie se está haciendo cargo.
No señalamos entre nosotros buscando culpables
y no entendmos que la culpa es nuestra, toda nuestra
hermosa gente de latinoamérica.
Busquemos a los responsables, y verán que todos
miraremos hacia cualquier dirección del norte que el horizonte ofrece
y hallaremos a los responsables de nuestra culpabilidad.
No es demasiado ya?
Olvidaron todos lo sucedido años atrás?
Quién nos quita la materia prima
quién nos cambió los gobiernos libres por defactos,
quién nos quita la minería, los ganados, las tierras,
quién nos quita el agua pura... quién nos está secando
desde hace cientos de décadas, desde hace cientos de años?
En nuestra islita de latinoamérica tenemos todo lo que necesitamos,
para vivir, crecer, no padecer hambres e infortunios,
sin embargo cada vez, nos hunden más al fondo del frasco
y no parece importarle al mundo en lo más mínimo.
Entiendo que en el norte todo se arregla por la fuerza
y por lástima la fuerza es la única razón que vale,
justifica, y da certezas. Nosotros somos distintos.
Latinoamérica no es así gente del norte,
nosotros queremos paz, no nos gusta la gente hambrienta,
no nos gusta que los niños no tengan padres
no nos gusta que muera gente por drogas que ustedes inventan.
Señores que desde el norte señalan la suerte del sur,
sepan que estamos creciendo desde las sombras
sepan que a pesar de ustedes, nos estamos volviendo a armar
y que de a poco queremos el gran imperio que fuimos capaces de lograr.
Amigos del norte, cuidado con el sur,
que aunque les cueste creerlo
está lleno de seres humanos con grandes huevos.
